martes, 24 de septiembre de 2019

Cuaderno de notas: combate espacial en Rogue Trader explicado en imágenes

Más de medio año y con muchos pendientes, me vuelco un momento al blog. Ha cambiado el nombre, del anterior ¿Si la aguantas, we?, que era una broma local en uno de mis primeros grupos de rol, a Rol Quixote, como ya se llamaba un grupo de Guanajuato capital. Mucho tiempo dudaba volver a ese nombre por vergüenza mía de no haberme leído la obra de Cervantes, cosa que conseguí este año.

Dejando a un lado las anécdotas, a lo que nos cruje. Estas imágenes las confeccioné por aquél entonces para explicar gráficamente el combate espacial en el juego Rogue Trader que habíamos empezado y al inicio creían que era como Dark Heresy.








viernes, 4 de enero de 2019

Recordatorio: terminar los proyectos que inicié a voz propia en Youtube. Por favor. ¡Vampiro la Mascarada segunda edición, damas y caballeros!


jueves, 3 de enero de 2019

Relato para La Sombra del Rey Demonio: Baga la Orcona (Parte II)

Ranger Orc by lithriel
Ranger orc por Lithirel.


El aroma a incienso despierta a Baga y el mundo vuelve de la oscuridad cuando abre sus ojos. Ve un cuarto pequeño apenas iluminado por las velas, siente bajo su espalda  un suave colchón. Sólo un camisón de algodón la viste, pero le queda pequeño. Tiene un fuerte dolor de cabeza e intenta removerse el sudor que siente gotear de la frente, cuando recuerda que perdió el brazo hasta el codo, pero ya no es el sanguinolento muñón, ahora está vendado, y no a la manera en que los orcos realizan un rápido torniquete para que deje de sangrar y puedan seguir combatiendo hasta que les despedacen todos los miembros. Hay cuidado y cariño en la forma en que envolvieron las vendas, incluso parece que estuvieron limpias antes de aplicárselas. Un curandero de campaña suele quitarle las vendas a los muertos, apenas remojadas en algo de alcohol para volver a utilizarlas. Si necesita que el soldado se quede lo más quieto posible, podría hasta darle a beber el alcohol después de remojadas las vendas.
Intenta levantarse, pero el cuerpo le duele horrores. Es la sensación que queda tras haber vencido a un dragón, aunque le hiere el orgullo pensar que todo su escuadrón pereció y ella sigue viva. Nunca pensaría en el suicidio, en el mejor de los casos, preferiría bailar con la muerte en el campo de batalla justo antes de ser vencida por las heridas. Todo dolor que no sintió en el campo de batalla ahora apenas le deja pensar, le inquieta que pudo haber quedado tendida en el campo de batalla como carroña, pero alguien se molestó en guarecerla y atenderla. Oye unos pasos, afuera del cuarto debe haber un pasillo. Busca instintivamente sus armas, pero además de cobijas sólo encuentra un cubo de madera. Lo toma, pero el esfuerzo la derriba y besa el suelo estrepitosamente. “¡Patética!” se gruñe. Los pasos se aceleran, son ligeros, para nada los de un guerrero pertrechado, pero quizás algún matón debilucho mal pagado para cuidar de la prisionera. Baga intenta incorporarse y presentar al menos la cara más amenazadora que el dolor le permita, que al menos su contrincante la mate con toda la insistencia de una luchadora. Entonces cruza la entrada una mujer ataviada con un hábito que le cubre todo excepto las manos delgadas y una cara enjuta.
—¡Con cuidado, estás delicada!— dice la mujer mientras corre a incorporarla, aunque Baga la rechaza empujándole y quedando ambas recostadas en el piso. Sus atavíos sencillos son lo contrario a una vestimenta aldeana, aunque igual de pobres, pero incluso las campesinas se permiten un poco de impudicia en el escote. En cambio, casi pareciera que esta mujer tomo un saco para las papas como vestimenta.
—¿Qué quieres de mi?—,gruñe Baga, —no tengo nada.
—Tienes vida.
—Debí morir en el campo de batalla, honrada por la huida del dragón.
—Ambos sobrevivieron muy apenas al dragón, ustedes los orcos son muy resistentes.
—¿Ambos? Dirás ambas.¿Dónde está la otra?
—Eres tú, y el fruto en tu vientre.
Baga quedó perpleja. Entendía la profundidad de las palabras de la mujer pero no acababa de cavilarlo y se intensificaba su dolor de cabeza. No le era desconocido los rudimentos de la reproducción, pero se supone que la raza orca es incapaz de reproducirse entre sí. Salen de las mismas barracas, producidos por las artes secretas de los alquimistas en pozos pestilentes. De siempre tras cada batalla, los orcos celebran la victoria con orgías desenfrenadas y nunca orcona alguna resultó  preñada.
—No puede ser, ridícula, ¿cómo lo sabes?
—Es fuerte y sano, o fuerte y sana, no puedo determinarlo, pero estás embarazada.
Baga quedó perpleja, no sabía qué hacer o responder, no sabía cómo reaccionar. La esterilidad de los orcos fue un hecho durante décadas de guerra y pillaje.
—¡Líbrame de esto! ¡No lo quiero!
—No puedo, ni aunque pudiera lo querría.
Baga se tiró al piso y comenzó a golpearse el vientre lo más fuerte que pudo, pero sus agotadas fuerzas le sumieron nuevamente en la inconsciencia. Con su visión emborronada alcanzó a ver a la mujer acercarse alarmada antes que todo se volviera oscuro.

Así pasaron varios días, Baga despertaba y reconocía el lugar. Alguna lágrima escapaba mientras la macilenta mujer, llamada Haedra, le traía de comer y la atendía. Ya no tuvo más ataques, la frustración la embargaba. Una guerrera en ese estado. Alguna vez intentó escapar, no fue difícil, salió silenciosamente del cuarto y viendo que la mujer había salido por agua y dejado la puerta abierta de una cueva. Aún estaba débil, y todavía no se acostumbraba a la ausencia de su brazo, así que tropezó llamando la atención de la mujer, que fue por ella y la devolvió nuevamente a la cama. En otra ocasión que intentó escapar, la mujer ya la esperaba, pero no la detuvo. Debió ser una patética escena, la orcona intentando escapar mientras la mujer la seguía lo suficientemente cerca para de un salto ayudarle. Aquella ocasión incluso hizo el ademán de tropezar, y cuando la mujer se acercó para ayudarla le lanzó un puñetazo que esquivó y sólo hizo que ella misma perdiera el equilibrio, agotada del esfuerzo. La mujer le dijo varias cosas, pero la orcona no le prestó atención. Debía reconocer al menos la fuerza de aquella mujer. Pese a ser de menor estatura y no distinguir gran musculatura bajo ese hábito, podía apoyar a la orcona para llevarla nuevamente al camastro.
—¿Por qué me ayudas?
—Así lo quiero yo.—Dijo la mujer mientras le cambiaba la ropa.
—¿Qué ganas tú? No esperes que te sirva.
—He venido a servir, no a ser servida.
—Tus hábitos, me parece haber escuchado de mujeres vestidas en hábitos. La nueva religión.
—Así nos llaman.
—Me parece estúpido hacer el bien sólo porque una religión te lo manda.
—Eso me lo dijeron siempre, pero un mandamiento requiere de alguien libre para obedecerlo.
—¿Para qué? Recibir premios o evitar castigos más allá de la muerte es patético.
—Premios y castigos ya se reparten durante toda la vida de manera indiscriminada e injusta, de la muerte estoy segura que llegará.
—¡Ustedes temen la muerte!
—No, perseguimos la vida.
Baga empezó una risotada que se cortó por las arcadas, pudo haberse volteado para vomitar en el piso, pero prefirió hacerlo sobre sus ropas limpias recién cambiadas. Quería provocar a la mujer, y lo logró, pero ella simplemente se levantó cerrando los puños y se encerró en la habitación al lado.

Días más tarde, Baga se sentía mejor. Su muñón había cicatrizado y le llamaba la vuelta su cuartel. Miró su vientre que ya notaba un pequeño bulto.
—Crece rápido, quizás es que ustedes los orcos vivís a un ritmo acelerado, ideal para una vida fugaz de violencia.
—Si tú no lo deshaces, lo harán en el cuartel.
—¿Tanto desprecias la vida?
—¿Tanto te aferras tú a la miseria? Soy una guerrera, una soldado del Imperio. Sólo sé matar.
—Lo mismo sabe tu Imperio. Ya he visto demasiada muerte como para agregar más. No puedo detenerte. Sólo decirte que no he sabido de ninguna forma de terminar con la vida en tu vientre sin que te deje indemne.
—Eso es porque eres una ignorante. Sigue tus rezos, para mi la guerra continúa.—Y Baga partió. Y mientras la orcona se alejaba, la mujer cerró con fuerza los puños y las lágrimas brotaron de la frustración, musitando para sí misma “tu guerra nunca acaba”.

Baga volvió al campo de batalla y buscaba un arma antes de partir al viaje cuando una bola de energía verde estalló justo frente a ella y apareció una figura encapuchada que la señaló y sintió que sus miembros ya no le obedecían. Con un mero gesto, la figura provocaba que ella se desplazara, alejándola del arma que estaba a punto de tomar.
—¿No me recuerdas?—, se oyó una voz sibilante y delicada, —soy aquella a la que no pudiste quemar—, la figura se retiró un velo mostrando un rostro femenino con tatuajes finos cubriéndole el rostro. Baga reconoció el patrón distintivo de las brujas; intentó hablar, pero la magia que la restringía se intensificó hasta provocarle un agudo dolor en la columna, torciéndola más de lo que estaba acostumbrada, y cayó arrodillada. En eso, y sin dejar de mirarle fijamente, la bruja sacó una daga de sus ropas y con cautela, como asegurándose que su magia no fuera a desvanecerse, se acercó amenazando con el filo, apuntando al cuello de la orcona. Baga tensó los músculos de su único brazo, y cuando la bruja estuvo a distancia gritó “¡Venganza!” y retrocediendo la daga para darle impulso, la dirigió para apuñalar el cuello de la orcona, pero esta interpuso su brazo con el dolor de la magia, golpeando la mano. La daga cayó varios pasos lejos, la bruja se distrajo siguiendo la trayectoria, lo suficiente para que el puño de Baga oscilara de regreso contra la cara de la bruja. Rápidamente fue a tomar el hacha, y en un instante que desviaba la vista se escuchó un estallido y un resplandor verde esfumó a la bruja. Se había ido, pero no le perdería rastro.
Baga se movía cuan rápido pudo, al principio siguiendo caminos tortuosos, considerando que aquella otra mujer no tendría la condición para subir y bajar los peñascos ni siquiera con ambos brazos como ella, hasta que pensó en que ella utilizaría magia, que así como se materializaba en los estallidos verdes podría de pronto aparecer justo encima de un risco que pudiera estar escalando y tener la ventaja sobre ella. Entonces decidió ir a un paso más austero pero vigilante, pasando varias horas hasta anochecer sin que ella apareciera. Quizás era una novata, pensó Baga, tal vez aún no refinaba bastante sus poderes como para liquidarla de otra forma que no fuera apuñalándole mientras utilizaba un sencillo encantamiento. Sencillo, pero poderoso. Para ella los conjuradores eran siempre unos desgraciados cañones de cristal, podían hacer mucho daño, pero aguantaban poco. Hace ya tiempo que los brujos habían sido destituídos de los ejércitos imperiales debido a que llegaban a causar más estragos en las propias filas que en las enemigas. Cuando la ingresaron al ejército, no alcanzó a ver la majestuosidad de una bola de fuego vaporizando a docenas, pero en cambio enfrentó antes a brujas. No son tan espectaculares como los brujos, pero tampoco era para menospreciar su poder. Si uno de aquellos puede incinerar a docenas, una sola bruja basta para controlar, como si de un títere se tratara, y dirigir ese poder contra sus aliados. Eso desequilibra mucho las cosas sabiéndolo emplear.
Estaba ya bien entrada la noche y la bruja seguía sin aparecer. La orcona desconocía los demás poderes que podría tener una bruja, así que apostaba la vida a que no podría ver de noche como ojos orcos eran capaces. Hacía frío, pero lo mejor era no encender ningún fuego que alertara, y se acurrucó en la tierra, cabeceando hasta que finalmente se rindió a sueños poco reconfortantes. Se vió a sí misma con su único brazo entero atado por encima de su cabeza a la pared de un calabozo, gritaba de dolor y cansancio, pero nadie la escuchaba, se miraba el vientre que había crecido tanto que parecía a punto de estallar, tanto que la piel se le volvía traslúcida y alcanzaba a ver algo moviéndose dentro de ella, cual que las horribles larvas que las estirges de pantano plantan en sus víctimas, pero esta mucho más grande. Aquello tiraba de su intestinos, lo sentía mordiéndolos, pataleaba como si quisiera romper su vientre y entre sus movimientos sintió que apretó su vejiga haciéndole orinar. Intentaba calmar aquello, pero su muñón libre de ataduras no alcanzaba más que rozar su vientre. Entonces escuchó unos pasos de botas que avanzaban hacia ella. Gritó pidiendo ayuda como nunca lo había hecho en vida, suplicando como nunca haría un orco aún siendo prisionero. Una figura alta y delgada, con ropas oscuras y elegantes, entró por la puerta y se acercó. La orcona se sintió abrumada, una fiera guerrera del imperio estaba ahí, frente a quien parecía un noble, en cuclillas por el cansancio, orinada y vencida con algo horrendo creciendo en su interior. Sin resistir lágrimas en sus ojos, la orcona gimió pidiendo ayuda. Las luz de las antorchas no alcanzaban a iluminar el rostro del desconocido, oculto por las sombras de un sombrero vistoso. El sujeto metió una mano entre sus ropas y sacó una daga que brilló antinaturalmente con la luz de las antorchas, y diciendo “el Imperio te ayuda”, clavó con fuerza la daga en su vientre bajo, provocando en Baga un gemido doloroso, y con una enjundia el hombre jaló hacia arriba abriéndole la panza en dos. Salió entonces un orco, que lejos de amenazante parecía en este momento como ella, débil e indefenso, pero tanto cortó la daga que sus intestinos también se esparcían por el suelo. El dolor y los espasmos eran tales que le impedían hablar siquiera. De pronto todo, el hombre, el calabozo, parecían más grandes, como si ella se hubiera encogido. Quería reclamar, quería decirle que aún ansiaba volver a pelear, pero el hombre pisó al pequeño orco que había salido de su vientre y como quien aplasta sin fijarse un excremento en la calle intentó limpiarse la suela restregándola contra otra baldosa del suelo, y sin decir más palabra le dió la espalda y se largó, mientras Baga sentía cómo se le iba la vida y sus entrañas se desparramaban alrededor de lo que fue su hijo.
Entonces Baga despertó súbitamente, descubriéndose mojada por su propia orina mientras ya se alzaba el alba.

Tras comer lo poco que le había sacado a la monja, siguió su camino al cuartel, aún lejos. Varias veces se sintió observada, sospechaba que la bruja estaría aún al acecho pero cautelosa, habiendo medido sus capacidades contra la fuerza bruta. Por desgracia, Baga no podía mantener un paso demasiado tiempo, de pronto se sentía muy cansada, y prefería guardar energías por si había que pelear. Evadía pensar que estaba embarazada, que su hijo crecía rápidamente en su vientre, y lo que pasaría luego. Pensó en simplemente abandonarlo por ahí cuando naciera, si no es que antes podía encontrar algún medio para sacarlo antes. Consideró entonces a la bruja, quizás ella podría darle alguna planta o brebaje para remediar su situación. Baga es muy joven para recordar cuando la Nueva Religión dominaba el Imperio, aunque las historias dicen que consideraba sagrada la vida desde el vientre, al punto de impedir incluso a las mujeres violadas remediar su situación, obligándolas a parir y cuidar de una vida que nunca pidieron. ¡Malditas! Lo que Baga sí alcanzó a vivir fue la purga, cuando las legiones lucharon contra los fanáticos, incluso ella misma participó sus primeras batallas quemando templos, conservatorios y bibliotecas de la Nueva Religión. Recordó aquellos buenos tiempos en que todavía podía encontrarse algún túnel y cámaras subterráneas donde aquellos fieles celebraban sus misas. Los que no mataban al momento eran capturados para los juegos. Pagaban tan bien por cada prisionero. Hoy prácticamente se han retirado al borde del desierto del Norte, donde aún pueden jugar a sus cruzadas lejos del Imperio. Desde entonces, cada mujer es libre sobre su vida, no tiene que hacerse cargo de aquello que no quiere. No es infrecuente que al caminar por la capital, uno pueda encontrar un bebé tirado en la banqueta, muerto o a punto de ello.
Entonces Baga siente unas punzadas en el vientre, como si el bebé en su interior pudiera sentir sus intenciones y se quejara. Son tan intensas que debe detenerse unos momentos. Siente tantas ganas de golpearse el vientre con toda la fuerza de su brazo y así deshacerse de una vez por todas de la carga, una que pesa mucho. Nunca ninguna orcona tuvo hijos, ¿por qué precisamente ella es la primera? Quizás es por esto que llegó a sentir tantos mareos, vómitos, cansancio, cuando ella pensaba que tan pronto se había vuelto vieja para las celebraciones y orgías. La de ella y sus compañeras fue una generación que rápidamente fue puesta en combate. La raza orca crece y envejece muy rápido, pues a los seis años ya fue enviada a los primeros combates, pero ya tenía la constitución que tendría un humano de quince. A sus diez años ya habían alcanzado una fortaleza que envidiarían los hombres de veinte. Apenas a quince años estaban entrando en el apogeo de los orcos, pocos eran los que sobrepasaban los veinticinco, más pellejo que músculos, pero aún dando la última pelea. Entonces, pensó Baga, quizás todas sufrían lo mismo, quizás no era la única. Sus compañeras de combate también habían manifestado los mismos síntomas que ella y culpaban a la magra cerveza por ser de tan pésima calidad. Y todas murieron excepto ella. Nunca antes había puesto demasiada atención en cuestionar a los oficiales. Simplemente les avisaron que debían encontrar la amenaza en las colinas y erradicarlo a toda costa. Nunca les dijeron que había un dragón. ¿Cómo esperaban que un pelotón acabara con eso? Los dragones son duros y letales, si acaso se les confronta con mucho más, o acaso con auténticos héroes curtidos de mil batallas. Contra este, en cambio, mandaron solamente orconas, la unidad elegida, mejor que una escuadra entera de orcos, dijeron. En la mente de Baga se formaba una idea que no le gustaba, sintió miedo de quién podría haber pensado en este plan y asustaba todavía más para qué motivos. No alcanzaba a hilar el asunto cuando una voz a prudente distancia le sacó de sus reflexiones.
—¡Saludos!—era la bruja. Baga de inmediato se alzó con el hacha en mano.—Tranquila, creo que comencé mal, te confundí con alguien más, y presento mis sinceras disculpas—dijo y postró una rodilla mientras bajaba ligeramente la cabeza. —Es la primera vez que yerro un objetivo y espero en compensación aceptes mi ofrenda—y de sus ropajes sacó un conejo recién cazado. —Debes estar hambrienta, puedo cocinar para ti si acaso merezco tus disculpas. Todo se debe a la mala información que me concedieron y me llevaron hacia la persona equivocada. Baga, aún sin soltar el hacha, la bajó. La sorpresa pareció hacerle surgir la nausea y un vómito asomaba en su garganta, pero ella respiró profundo para contenerlo. La bruja continuó —Aún falta trecho para el pueblo más cercano, al menos otro día a la intemperie.
—¡No te creo!—dijo la orcona y cerró su puño sobre el mango del hacha.
—¡Espera! Yo también lamento el error, y creo que puedes llevarme con quien realmente atacó mi pueblo. ¿O es que acaso negarás el derecho de justicia?
—Bien podrías haberte ido con tu error y nunca más encontrarme— la tanteó Baga.
—¿Y permitir que persista el rencor entre nosotras por un error? No, prefiero enmendarme por si acaso los viejos dioses volvieran a torcer nuestros caminos. Permiteme ayudarte, que así me ayudas también. Te serviré lo que esté a mi alcance y tú me llevarás hacia tu cuartel para buscar mi venganza.
—Es decir que matarás a mis camaradas.
—En absoluto, entiendo que ustedes sólo seguían órdenes, ahora lo entiendo, y sería injusto hacer pagar a un subordinado culpas ajenas sobre las que no tenía conocimiento ni decisión, así que iré a por el oficial. Seguramente os maltratan horrores, déjame librarles de una carga.
—No me siento oprimida, nos hacemos en la guerra, para la guerra vivimos, para la guerra morimos, y entre cada batalla gozamos lo que nos quede de nuestra fugaz vida entre placeres.—Dijo Baga soltando lentamente el mango del hacha. Por un lado no confiaba en la bruja, por otro deseaba saber cómo podía resolver aquel problema creciendo en su vientre.
—Entiendo, no quiero contrariaros, sé cómo actúan aquellos en el poder y son de lo más sutiles. Gloria y honor son dulces adornos para vuestra jaula, pero no te sientas ofendida, yo también viví así, durante mucho tiempo las brujas vivimos bajo la suela del Imperio y por ello escapamos a la espesura de los bosques y a las cavernas donde no se atrevían a buscarnos. Ahí desarrollamos la ciencia que hace temblar a los patriarcas, la que alguna vez nos hizo iguales. Ahí mantuvimos encendida la llama primigenia que nos llevó al entendimiento, a la imaginación y al arte. Podrá verse increíble lo que ha alcanzado el Imperio, pero todo eso nos lo debe a nosotros y lo sabe, por eso nos busca, nos persigue y nos mata. Entiendo que incluso el Imperio haya malogrado nuestro arte de moldear la carne— dijo, acercándose lentamente a Baga, que inmóvil tensó los músculos para cualquier treta—, nada más verte sé que vuestros alquimistas son torpes, os fabrican a toda prisa para llenar filas, pero han olvidado la finura. Y sin embargo, eres hermosa con tu salvaje instinto. Incluso sin un brazo combates con una fiereza que envidio, no lo niego. Toda la sed de justicia yace en ti —la bruja posó suavemente su mano en la mejilla de Baga—, toda nuestra venganza duerme en tus músculos —la mano de la bruja bajó apenas rozando su cuello, su pecho, su vientre; Baga esperaba que se sorprendiera, pero la bruja tardó unos instantes en fingir una exhalación. —Pero, ¿qué es esto? ¿Estás… esperando?
La mirada de Baga se endureció y con un ligero golpe apartó la mano de la bruja, y como avergonzada, siguió el camino dándole la espalda. La bruja dibujó una sonrisa fuera de la vista de ella, pero luego la recompuso a una cara indignada y se apresuró a seguirla. —¡Espera! Esto es inaudito, se supone que la raza orca es incapaz de multiplicarse. ¿Qué horrores te han hecho en el cuartel? Debes estar sufriendo, no puedo abandonarte así, permíteme ayudarte, puedo resolverlo.
Baga se detuvo y la bruja debió reprimir otra sonrisa. —Sí, puedo resolverlo. La guerra es tu vida y esto te impide realizarte. ¡Por todos los viejos dioses! Esos alquimistas deben tramar algo aún más horrendo, quizás piensen que así podrán obtener servidores baratos.
—Entonces, ¿podré seguir luchando?
—Nada puede, ni debe impedirte. Vamos, necesito algunos implementos. Te haré un bebedizo que resolverá tu problema.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Cuaderno de notas: Monturas exóticas para D&D 5e, pensado específicamente para Eberron.



Estaba yo platicando con mi esposa lo que encuentro fascinante del escenario de Eberron: todas esas aplicaciones de la magia como no ocurre en otros escenarios. Y me dijo "¿Por qué limitarse a los caballos o los dinosaurios de Talenta como monturas habiendo tanta y tan amplia variedad de criaturas, incluyendo medios mágicos directos o indirectos para su crianza y entrenamiento?", dejándome con una espinita por notar otras variedades. En breve empezaré a leer La Ciudad de las Torres de Keith Baker, para descubrir qué maravillas me aguarda el autor del escenario.
Mientras tanto, yo aventuro una lista que he elaborado a partir del Monster Manual (MM), el Volo's Guide to Monsters (VGtM) y el Tome of Beast (ToB) del Kobold Press, ordenados por su nivel de desafío (CR). Aún no puedo afirmar esta lista sea extensa, pero agregaré más elementos a posterior.
Una regla de casa que yo sigo es que si el CR o la Inteligencia de la criatura son mayores a las del jinete, todas las pruebas de interacción con la montura tienen desventaja.

0

Deer MM 321 (Small riders only)
Goat MM 330 (Small riders only)
Hyena MM 331 (Small riders only)
Vulture MM 339 (Small riders only)

1

Giant Crab MM 324 (Small riders only)
Giant Weasel MM 329 (Small riders only)
Mastiff MM 332 (Small riders only)
Mule MM 333 (Small riders only)
Pony MM 335 (Small riders only)
Camel MM 320

1/4

Boar MM 319 (Small riders only)
Giant Badger MM 323 (Small riders only)
Giant Frog MM 325 (Small riders only)
Giant Wolf Spider MM 330 (Small riders only)
Panther MM 333 (Small riders only)
Wolf MM 341 (Small riders only)
Dimetrodon VGtM 139 (Small riders only)
Pteranodon MM 80 (Small riders only)
Axe Break MM 317
Draft Horse MM 321
Elk MM 322
Giant Bat MM 323
Giant Lyzard MM 326
Giant Owl MM 327
Riding Horse MM 336
Hadrosaurus VGtM 140

1/2

Ape MM 317 (Small riders only)
Black Bear MM 318 (Small riders only)
Giant Wasp MM 329 (Small riders only)
Reef Shark MM 336 (Small riders only)
Rust Monster MM 263 (Small riders only)
Crocodile MM 320
Giant Goat MM 326
Giant Sea Horse MM 328
Warhorse MM 340
Warhorse Skeleton MM 273
War Ostrich ToB 308

1

Death Dog MM 321 (Small riders only)
Deinonychus VGtM 139 (Small riders only)
Brown Bear MM 319
Dire Wolf MM 321
Giant Eagle MM 324
Giant Hyena MM 326
Giant Spider MM 328
Giant Toad MM 329
Giant Vulture MM 330
Lion MM 331
Tiger MM 340
Hippogriff MM 184
Giant Strider VGtM 143

2

Guard Drake MM 157 (Small riders only)
Shadow Mastiff MM 189 (Small riders only)
Awakened Tree MM 317
Giant Boar MM 323
Giant Constrictor Snake MM 324
Giant Elk MM 325
Hunter Shark MM 330
Polar Bear MM 334
Rhinoceros MM 336
Saber-Toothed Tiger MM 336
Auroch VGtM 207
Quetzalcoatlus VGtM 140
Allosaurus MM 79
Carrion Crawler MM 37
Griffon MM 174
Giant Ant ToB 23

3

Basilisk MM 24 (Small riders only)
Giant Scorpion MM 327
Winter Wolf MM 340
Worg MM 341
Ankylosaurus MM 79
Owlbear MM 249

4

Elephant MM 321
Stegosaurus VGtM 140
Serpopard ToB 343

5

Giant Crocodile MM 324
Giant Shark MM 328
Triceratops MM 80
Bulette MM 34
Catoblepas VGtM 129

6

Mammoth MM 332
Chimera MM 39
Wyvern MM 303

7

Giant Ape MM 323

8

Hydra MM 190
 


domingo, 9 de diciembre de 2018

Relato para La Sombra del Rey Demonio: Baga la Orcona (Parte I)

Ranger Orc by lithriel
Ranger orc por Lithriel
 Las cenizas se dispersaron más con el último aleteo del dragón alejándose. Mientras Baga cubría sus ojos, respingaba la nariz esperando olisquear algo más que la sangre negra de su raza dispersa en el suelo. Restos de las otras orconas yacían desparramados, trozos de una u otra compañera de filas, y entre ese desastre estaría su brazo derecho. Al recordarlo tanteó su muñón desgarrado por encima del codo. Dolía, pero había quedado cauterizado con el fuego de la pelea, una herida que hubiera desmayado de dolor al más fuerte de los guerreros humanos. Se tambaleaba confundida. Buscó inútilmente tardando un momento en darse cuenta lo inútil que sería encontrar su miembro; si bien pudieran existir galenos capaces de adherir con magia un miembro perdido nuevamente al cuerpo, seguro serían lo bastante raros y costosos para encontrarse en los ejércitos imperiales, y menos todavía entre las filas de orcos. Mientras tanto, el frenesí del combate todavía le dominaba y le impedía sentir todo el dolor.
Tras una revisión se descubrió como la única sobreviviente. Se agachó a tomar un hacha del suelo cuando de su boca salió el vómito de sus entrañas, sorprendiéndola. Debía ser la pestilencia de la carne quemada de sus compañeras, las cenizas levantándose, el humo cubriendo el campo. Las habían enviado por ser las mejores, las más fuertes, un cumplido entre los orcos que se precian de venir al mundo para hacer la guerra. “¡Padre Muerte, recibe a las hijas que a tantos enviaron a tu Inframundo!”, rezó Baga en su mente. Incluso la victoria pírrica contra el dragón era para sentir orgullo, y Baga había vomitado en su honroso campo de batalla. “¡Patética!”, pensó de sí. Docenas de combates anteriores y nunca había experimentado esa sensación tras un combate. Solía vomitar tras una de las orgías en las barracas, donde fluye vino, opio, carnes, semen, sudor y demás fluídos, que la revoltura de todo lo provoque, o incluso sea recurriendo a tocar el fondo de la garganta con un dedo para vaciar el estómago y seguir el festejo. Pero nunca en el campo de batalla.
Tenía que salir de ahí, tenía que encontrar el camino de regreso, en la barraca podría descansar como debe cualquier guerrero del Imperio, un espartano catre bajo un techo, recomponerse y prepararse para el siguiente combate. Aún sin un brazo una orcona puede ser letal. Quizás le cubrieran con las investiduras de un oficial, las condecoraciones de una veterana, que le ciñan el casco negro y liso que le oculte  medio rostro excepto dos agujeros para sus ojos, dejando libre su boca para lanzar las órdenes desde atrás de las filas, con la armadura completamente negra poblada de púas donde cuelgue recuerdos de sus batallas, y hasta se ahorrarían las piezas del brazo derecho. O puede que no le den ninguna armadura, que al contrario, la dejen desnuda excepto por un alambre de púas rodeando su cuerpo, le den una cimitarra y la junten con las manadas de guerra, donde están todos los orcos lisiados pero aún capaces de luchar una última vez dopados con drogas de combate. De ambas posibilidades le emocionaba más el sumar su rugido a las manadas antes que el aburrimiento de ver la batalla en la distancia, y las manadas eran las primeras en ir al encuentro del enemigo, soltadas como bestias, recibiendo primero las descargas de fusiles enemigos, los hechizos de los magos de batalla, rompiendo las filas de lanceros y alabarderos, agotándoles munición, magia y valor antes que las auténticas legiones de orcos le recuerden a los ejércitos por qué el Imperio es grande y lo inútil que es oponerse. Pero Baga cae en ese momento, agotada, y aún así tarda en sumirse a la inconsciencia mientras aspira polvo del suelo, mientras todo se vuelve borroso y cree escuchar a alguien que camina a su encuentro instantes antes de la oscuridad.
Apenas siente su cuerpo siendo arrastrado con dificultad, sus miembros flácidos dejando rastro en la arena. Le pesan los párpados, se esfuerza por abrirlos y nota que la alejan del campo de batalla. Más aún es incapaz de voltear la cabeza para ver quién le arrastra jalando de su armadura. Un animal salvaje la hubiera devorado en el mismo lugar donde sucumbió, y si fuera para llevar alimento a sus crías habría arrancado un trozo antes que arriesgarse a ir más lento llevando todo su cuerpo con pesadez. Estos pensamientos agotan lo último de sus esfuerzos, y el mundo se volvió oscuro.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Cuaderno de notas: NPCs para D&D 5e

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Hace ya tiempo que no publico, ocupado como sólo yo en asuntos tras la boda (así es, me les casé), preparándonos para un período de inseguridad venido a capricho de una nueva generación de votantes temerosos e irresponsables. Pero que no falte el rol mientras tanto.
Al momento tengo dos mesas de D&D 5e, una ambientada en Reinos Olvidados y otra en Eberron, y para agilizar suelo tener preparados PNJs con una somera descripción de sus rasgos físicos y personalidad adjuntos a una nota que me remite hacia alguna de las entradas ya preparadas, que con unos mínimos retoques me permite un personaje rápido y al momento. 
Por facilidad yo los tengo ordenados por CR, para ir tanteando qué tan difícil puede ser el personaje. Y no me refiero solamente al combate. Muchos encuentros son sólo conversación, pero me sirve tener en cuenta sus habilidades, su pericia, alguna característica o conjuro que pudiera tener.
Utilizo el Monster Manual (MM), Volo's Guide to Monsters (VGtM), Book of Beautiful Horrors v1.8 (BoBH), NPC Statblock Compendium (NPCSC) y Versatile NPC (VNPC).
Como criterio, me propuse sólo poner aquellos bloques de estadística que sólo tuviera "Medium humanoid (any race)", para que pudieran tomarse a este criterio. No encontré de esos en el Mordenkainen's Tome of Foes, y en suplementos como el Creature Codex o el Tome of Beasts hay algunos que consideré agregar, pero con los recursos ya tomados, me parecían o redundantes o bien no tan impresionantes. Dedazo mío. Finalmente, recién me enteré del Versatile NPC II, el cual aún no he podido adquirir y prefiero esperar.
Mientras tanto, he aquí la lista que utilizo, ordenada por CR e indicando con superíndice el manual y la página correspondiente. Algunas menciones tienen una (V) de Variant, que no tienen un bloque de estadísticas completo sino sólo una variación (conjuros o características distintas), o la (O) de Other, refiriendo a que toman una entrada de otro manual (generalmente el Monster Manual o el Volo's Guide to Monsters) y sólo cambian un poco. ¡Casi doscientos NPCs listos para jugar!

0

Commoner MM 345

1/8

Bandit MM 343
Cultist MM 345
Guard MM 347
Noble MM 348
Tribal Warrior MM 350
Scholar VNPC 20

1/4

Sea Raider BoBH 161
Acolyte MM 342
Wild Magic Sorcerer Apprentice (O) NPCSC 69
Apprentice Wizard VGtM 209
Scoundrel VNPC 20

1/2

Scout MM 349
Thug MM 350
Celestial Servant NPCSC 70
Brawler VNPC 8
Rugged Warrior VNPC 19

1

Spy MM 349
Discount Assassin NPCSC 59
Agile Fighter VNPC 3
Arcane Trickster VNPC 3
Beast Master VNPC 7
Defender VNPC 9
Duelist VNPC 9
Relentless Fighter VNPC 18
Soldier VNPC 24
Warden VNPC 26

2

Clan Warrior BoBH 161
Bandit Captain MM 344
Berserker MM 344
Cult Fanatic MM 345
Druid MM 346
Priest MM 348
Arcana Priest NPCSC 17
Death Priest NPCSC 18
Knowledge Priest NPCSC 19
Grave Priest NPCSC 21
Life Priest NPCSC 22
Nature Priest NPCSC 24
Trickery Priest NPCSC 26
Air Bender Monk NPCSC 41
Earth Bender Monk NPCSC 41
Fire Bender Monk NPCSC 41
Water Bender Monk NPCSC 41
Kensei NPCSC 42
Shadow Monk NPCSC 44
Sun Soul Monk NPCSC 45
Beastmaster Ranger NPCSC 53
Hunter NPCSC 56
Guerilla Scout NPCSC 60
Inquisitor NPCSC 61
Mastermind NPCSC 62
Lore Bard (O) NPCSC 14
Arctic Druid (O) NPCSC 30
Coast Druid (O) NPCSC 30
Desert Druid (O) NPCSC 30
Forest Druid (O) NPCSC 30
Grassland Druid (O) NPCSC 30
Mountain Druid (O) NPCSC 30
Swamp Druid (O) NPCSC 30
Underdark Druid (O) NPCSC 30
Bard VGtM 211
Artificer Alchemist VNPC 4
Artificer Gunsmith VNPC 5
Cavalry Specialist VNPC 8
Outland Veteran VNPC 16
Overseer VNPC 16

3

Shield Maiden BoBH 162
Knight MM 347
Veteran MM 350
Whisper Bard NPCSC 16
Elite Elven Archer NPCSC 37
Death Researcher Monk NPCSC 39
Monster Hunter NPCSC 57
Arcane Thief Rogue NPCSC 58
Privateer NPCSC 63
Open Hand Monk (O) NPCSC 43
Archer VGtM 210
Illusionist VGtM 214
Martial Arts Adept VGtM 216
Swashbuckler VGtM 217
Journeyman Mage VNPC 13
Mystic VNPC 14
Performer VNPC 18
Seasoned Hunter VNPC 21
Shaman VNPC 22

4

Skald BoBH 163
Chief Berserker NPCSC 7
Kuldjargh NPCSC 8
Storm Herald NPCSC 10
Blade Bard NPCSC 12
Valor Bard NPCSC 15
Forge Priest NPCSC 20
Light Priest NPCSC 23
Tempest Priest NPCSC 25
Cavalier NPCSC 34
Gloom Stalker NPCSC 54
Warlock of the Archfey VGtM 219
Martial Commander VNPC 13
Spellsword VNPC 24
Whirling Swordsman VNPC 27

5

Mob BoBH 157
Völva BoBH 164
Gladiator MM 346
Acestral inheritor NPCSC 6
Bear Totem Barbarian NPCSC 9
Glamour Bard NPCSC 13
Dream Guardian NPCSC 29
Horizon Walker NPCSC 55
Shadow Sorcerer NPCSC 67
Red Tiger Bladesinger Wizard NPCSC 76
Eagle Totem Barbarian (V) NPCSC 9
Elk Totem Barbarian (V) NPCSC 9
Tiger Totem Barbarian (V) NPCSC 9
Wolf Totem Barbarian (V) NPCSC 9
Enchanter VGtM 213
Kraken Priest VGtM 215
Master Thief VGtM 216
Transmuter VGtM 218
Heterodox Priest VNPC 11
Honor-Bound Fighter VNPC 11
Inquisitor VNPC 12
Paladin VNPC 17
Warchief VNPC 25

6

Mage MM 347
Rally Guard Fighter NPCSC 33
Eldritch Knight NPCSC 36
Samurai NPCSC 38
Knight Conqueror NPCSC 50
The Undying Warlock NPCSC 6
Wild Magic Sorcerer Mage (O) NPCSC 69
Conjurer VGtM 212
Warlock of the Great Old One VGtM 220
Ninja VNPC 15

7

Huskarl BoBH 162
Banneret Fighter NPCSC 32
Feysworn Paladin NPCSC 47
Red Dragon Sorcerer NPCSC 65
Black Dragon Sorcerer (V) NPCSC 65
Cooper Dragon Sorcerer (V) NPCSC 65
Blue Dragon Sorcerer (V) NPCSC 65
Bronze Dragon Sorcerer (V) NPCSC 65
Green Dragon Sorcerer (V) NPCSC 65
Silver Dragon Sorcerer (V) NPCSC 65
White Dragon Sorcerer (V) NPCSC 65
Gold Dragon Sorcerer (V) NPCSC 65
Brass Dragon Sorcerer (V) NPCSC 65
Warlock of the Fiend VGtM 219
Bastion VNPC 6
Eternal Hunter VNPC 10
Master Swordsman VNPC 14
Ruler-Warrior VNPC 19
Slayer VNPC 23

8

Berserker Northlander BoBH 165
Assassin MM 343
Arch Shepherd NPCSC 28
Master-At-Arms Fighter NPCSC 33
Holy Redeemer Paladin NPCSC 48
Blackguard VGtM 211
Diviner VGtM 213

9

Zealot NPCSC 11
Abjurer VGtM 209
Champion VGtM 212
Evoker VGtM 214
Necromancer VGtM 217
War Priest VGtM 218

10

Riot BoBH 157
Drunken Master NPCSC 40
Storm Sorcerer NPCSC 68
War Wizard NPCSC 78

11

Aspect of Vengeance Paladin NPCSC 46
Kingsguard Paladin NPCSC 49

12

Archmage MM 342
Sovereign Knight NPCSC 52
Arctic Archdruid (O) NPCSC 30
Coast Archdruid (O) NPCSC 30
Desert Archdruid (O) NPCSC 30
Forest Archdruid (O) NPCSC 30
Grassland Archdruid (O) NPCSC 30
Mountain Archdruid (O) NPCSC 30
Swamp Archdruid (O) NPCSC 30
Underdark Archdruid (O) NPCSC 30
Moon Druid (O) NPCSC 31
Wild Magic Sorcerer Archmage (O) NPCSC 69
Archdruid VGtM 210
Warlord VGtM 220

13

Thane BoBH 166

14

Favoured Chosen NPCSC 66

15

Uprising BoBH 157
Jarl BoBH 167
Hexblade Wielder NPCSC 71

17

Heir of Valkur BoBH 168